La cocina nipona es tan variada que me llevaría mucho en nombrar su basta gama de alimentos, sin embargo, me esforzaré por escribir periódicamente sobre estos tópicos y con esto compartir mi experiencia con ustedes.
Antes de iniciarme en esta labor quiero hacer énfasis sobre lo que, desde mi opinión, son las dos vías en las que se puede dividir la gastronomía japonesa la cual es el Washoku y el Yoshoku, esta división es casi nula para la mayoría de la sociedad japonesa actualmente, pero, quiero tomarlo como punto de esencial para poder explicarme mejor en temas posteriores.
Históricamente Japón durante muchos siglos sostuvo una postura hermética ante el mundo (inclusive actualmente tienen una de las política migratorias mas rígidas) lo anterior forjo su cultura rica en tradiciones y con raíces ancestrales profundas, producto de ello es su gastronomía.
El Washoku o Comida Japonesa fue nombrada en el 2014 patrimonio de la humanidad, esta categoría de platos son cocinados con ingredientes característicos de cada una de las temporadas del año, que representan profundamente a la naturaleza, la armonía y la exquisitez ornamental. En lo personal considero que es el reto máximo para cualquier persona que realmente quiera presentar comida tradicional japonesa, por su alto nivel de exigencia y preparación que demanda a los cocineros involucrados, ademas de la alta calidad de los componentes artesanales que integran estos banquetes. Inclusive para los japoneses de hoy son muy contadas las oportunidades de probar de estos manjares que se dan en fechas especiales o una que otra vez disfrutar de la comida de restaurantes kaiseki o de prestigiosos restaurantes de Kyoto. Quiero hacer un paréntesis para incluir en esta vertiente a la comida de origen chino llamada chūkaryōri y a uno de los platos importados más antiguos que es el tempura de origen portugués. Poder disfrutar de este anacronismo culinario a través de manos preparadas es una experiencia sublime en todos los sentidos.
Ahora bien el Yoshoku o cocina del oeste, son platos importados de Europa y America, las cuales surgen del fenómeno imparable de la globalización, y aunque Japón nunca fue colonia extranjera, sus platos no pudieron escapar a su occidentalización. En mi comedor manejo en su mayoría un menú basado en este estilo de cocina, por la facilidad en los ingredientes, la elaboración, la poca presencia de pescados (a diferencia del washoku) y la libertad que me permite adaptarla a mi presupuesto, sin técnicas de un alto nivel pero que para nada demeritan la calidad del plato, son platillos bien integrados en la vida cotidiana de los japoneses. Muchos platos extranjeros han sido bien recibidos por el paladar nipon hasta el punto de ser considerados platillos nacionales, un caso emblemático es el curry con arroz del que entraré en detalles en otra entrada.
La cultura gastronómica de cada nación es sin lugar a duda un universo de posibilidades y aunque la mayoría de los países tienen cocinas indiscutiblemente autóctonas, con reglas inmutables y platos atemporales, no hay que pasar en alto que al mismo tiempo estas están sujetas al constante mestizaje gastronómico del que es imposible evadir.