Después de abrir mi local, me preparo para el primer plato del día, uniformado con mi bata de laboratorio, sotana y ahora mandil, todo lo anterior como una amalgama de las etapas en mi vida que han cuajado en armonía en mi labor actual.
Este 2022 cumplo veinte años en Mérida y mi trayecto vocacional se ha ido de un lado a otro, digo, esto nos ha pasado a todos de alguna manera. En mi caso he estudiado cinco años en el seminario conciliar de Yucatán para ordenarme sacerdote y después otros cinco años para ser ingeniero químico, con sueños y un futuro trazado lleno de planes y ahora, llevo ocho años siendo cocinero, nunca pensé que estas inclinaciones cambiarían de manera tan radical mi vida, sin embargo, sé que mi pasado me ha preparado para mi momento presente desde mis clases de evangelización fundamental, catequética, metafísica, hasta mis clases de balance de materia y energía, termodinámica y cálculo diferencial; aunque parezca que son materias que no amalgarían bien, al menos en mi vida diaria se han integrado gradualmente, hasta el punto de que en mi día a día en mi comedor, en los platos que preparo, llevan la firma de mi pasado muy peculiar, y que estoy seguro que muchas personas como yo en el gremio de cocineros transmiten en su carta.
En mi rol de Taishō, todo es alquimia y ritos ceremoniales, el ambiente químico de los alimentos es increíble, así como sus muchas transmutaciones; empiezo con laudes mi jornada, pasando por angelus, vísperas y terminando con completas, mi desempeño, que no es más que parte de la humilde vocación que me ha encontrado.
Mi pareja Aimé es graduada en artes visuales y confío que aunque le frustra, en parte, ser consumida en nuestro trabajo, busca la oportunidad en cada plato vacío un lienzo donde recrear la naturaleza muerta de sus ilustraciones. Ella como yo, no tuvimos una formación académica prudente en el ámbito gastronómico al empezar el negocio, pero conforme ha pasado el tiempo, de manera autodidacta, vamos paso a paso, mejorando nuestra calidad, siempre superando nuestras propias metas y preparándonos para los futuros retos.